Esta técnica se emplea para eliminar el Propinobacterium Acnes, bacteria que crea el grano que aparece cuando el folículo piloso se obstruye debido a un exceso de sebo.
Para ello se utiliza un pulso de luz con una longitud de onda de 480nm que actúa sobre la epidermis y más concretamente sobre los vasos sanguíneos que alimentan a las glándulas sebáceas, consiguiendo que éstas produzcan menos sebo, y al mismo tiempo se elimine la bacteria que se ha formado por la infección sin daño alguno para nuestra piel.
Además, cuenta con la ventaja de que ayuda a la hiperpigmentación de la piel por lo que también se tiene resultados en cuanto a disminuir las posibles marcas que el acné pudiera haber dejado en nuestro rostro años atrás.
Suelen recomendarse entre cinco y siete sesiones espaciadas por tres semanas cada una.
Este tratamiento de láser está completamente contraindicado para aquellos que estén llevando a cabo cualquier tratamiento desecante de la piel.
El tratamiento con láser Exilite una excelente alternativa, para combatir el acné que no ha remitido con otros tratamientos dermatológicos.

